En Navarra hay un espacio de 17.000 hectáreas. Está poblado por seres imaginarios, claro, pero sobre todo de hayas, robles y abetos. No es un bosque, sino una selva, y tiene más de 12.000 años de vida. Lleva 12 siglos creciendo y conviviendo con el Hombre.
Es la Selva de Irati, un reclamo extraordinario para los viajeros y un fábrica de oxígeno y agua indispensable para todos.
Al encuentro de Basajaun, señor tímido de los bosques
Desde el pueblo de Orbaizeta, una pista se interna en Irati, lugar de leyendas como la del Basajaun, uno de los mayores bosques de Europa y uno de los más inaccesibles, desparramado a un lado y otro de la frontera francoespañola. Diecisiete mil hectáreas de hayas y abetos cubren el fondo y las paredes de una inmensa cubeta en pleno corazón de los Pirineos, un circo con la base a 800 metros de altitud, rodeado por montañas de entre 1.600 y 2.000.