En los límites provinciales de Albacete y Ciudad Real se ubica uno de los espacios naturales más sobresalientes de Castilla-La Mancha: se trata del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. Un paraje formado por 16 lagunas, entrelazadas a su vez por cascadas y arroyos, rico en paisajes y de gran valor geológico que constituye uno de los humedales más bellos de Europa.
Una buena forma de comenzar la visita es dirigirse a su Centro de Información oficial, ubicado en la localidad de Ruidera. Desde allí, bien en coche o en bici podrás bordear el desfile de lagunas del espacio protegido a tu propio ritmo, lo que te permitirá detenerte para asomarte a los miradores habilitados y recorrer aquellos senderos interpretativos que elijas.
Además de los senderos mencionados a continuación, sus 25 kilómetros de extensión están interconectados por una nutrida red de rutas que pueden realizarse a pie o en bici o, mejor aún: sobre sus tranquilas aguas practicando paddle surf, kayak o canoa.
Chorro de las Minas
Una de las rutas más relevantes y populares de las lagunas de Ruidera es la conocida como Chorro de las Minas, un trayecto que transcurre sobre el agua y que conecta la laguna de San Pedro (inicio) con la laguna Tinaja (final). Además de sorprenderte con el contraste de tonalidades entre el verdoso de la primera y el nítido azulado de la segunda, esta actividad se caracteriza por dos atractivos que la hacen única: un túnel y un canal a cielo abierto, ambos excavados cuando se construyó la central hidroeléctrica de Ruipérez con el fin de evitar la inundación de la sala de máquinas.
La única particularidad es que para realizar esta ruta es necesario que la laguna de San Pedro esté llena pues, de lo contrario, no habría agua suficiente para superar ni el túnel ni el canal. Con suficiente caudal, la ruta es una auténtica maravilla.
Quebrada del Toro
Otra de las rutas de las lagunas de Ruidera de aventura y que permiten disfrutar de la naturaleza en estado puro es la de la Quebrada del Toro, una opción de senderismo que atraviesa una enorme grieta que se formó en la tierra después de un terremoto. Como curiosidad, el origen del nombre viene porque, a causa del seísmo, un toro cayó en la grieta y no pudo ser rescatado.
Situada al borde de los acantilados que rodean la laguna de San Pedro, esta formación natural de 400 metros de longitud, 5 metros de ancho y entre 25 y 30 metros de profundidad en su parte máxima, permite disfrutar a sus visitantes de las entrañas del parque natural. Es una ruta sencilla de una hora de duración y transcurre por caminos de tierra y pasarelas de madera acondicionadas.
Además, la ruta de la Quebrada del Toro permite visitar cuevas que nacen en el accidente geográfico y asomarse al espléndido mirador de la laguna de San Pedro. Si el día está soleado, la panorámica es, sencillamente, sobrecogedora.
Esta increíble ruta ha de hacerse con un guía especializado, siendo necesario reservar plaza con antelación. El coste para un adulto es de 10€ y para los niños de 7€.
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